Los operadores proyectan que los valores podrían llegar a caer entre 30% y 40%, en parte por la inercia previa a la llegada de la COVID-19, y en parte por la perspectiva de un mercado debilitado por la nueva coyuntura económica.
El nuevo escenario hará que la caída de las cotizaciones primero incida en las propiedades a estrenar, porque se registró un descenso de los costos de la construcción en dólares, y esto replicará a la par, en las viviendas usadas.
Fuente: www.infobae.com